«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

jueves, 15 de octubre de 2009

Rafael Solaz, escritor, documentalista y bibliófilo: “El destino hizo que ‘Ocios entretenidos’ cayera en mis manos”



Herme Cerezo / SIGLO XXI, 25/06/09


La primera vez que entrevisté a Rafael Solaz (Barrio del Carmen, Valencia, 1950) no dudé en asociarlo a un personaje de ficción creado por Arturo Pérez-Reverte. Me estoy refiriendo a Lucas Corso, esa mezcla de detective, sabueso y cazador de libros que deambula de modo apasionado por las páginas de su novela ‘El Club Dumas’. Algunas de sus características las encontramos en la persona de este escritor, bibliófilo y documentalista, que posee una extensa biblioteca sobre su ciudad natal y que, en la busca y captura de nuevos ejemplares con que disfrazar los imaginarios huecos de sus anaqueles, un buen día tropezó con una pieza de subasta, que respondía al prometedor título de ‘Ocios entretenidos’. El subastador, una sala madrileña, lo referenciaba de modo vago como "manuscrito de Valencia de principios del siglo XIX". Solaz, picado por la curiosidad y por su olfato de bibliófilo autodidacta, hizo algunas consultas telefónicas para despejar incógnitas. No pudo aclarar todas sus dudas pero, no obstante, pujó por el texto. Los dioses le fueron propicios y resultó elegido adjudicatario. De este modo casi novelesco – da la impresión de que el manuscrito estaba predestinado para el autor valenciano, como él mismo reconocerá en la entrevista –, los "Ocios entretenidos" viajaron a Valencia. O mejor dicho, regresaron a la capital del Turia, donde fueron concebidos, casi doscientos años después. Y ahora, bajo el título ‘Fiestas y costumbres de la ciudad de Valencia. Estudio, transcripción y facsímil del manuscrito de 1819 "Ocios entretenidos"’, lo ha puesto en circulación, al alcance de los estudiosos y del público en general, en la cuidada edición de CEREMONIAL Ediciones, S.L. que incluye, además de la reproducción del propio original, su transcripción, un estudio del contexto en el que se movió su autor y numerosos grabados de época, propiedad del propio Solaz.

¿Qué diferencias hay entre un coleccionista de libros y otro ser humano cualquiera?
La única diferencia radica en que el coleccionista ama los libros y por ello los trabaja, es decir, hace averiguaciones y escribe sobre ellos. Yo, como bibliófilo y citando a Kafka, me limito a informar.

Los buscadores de libros, a veces se llevan sorpresas...
Claro, claro, hay veces que si ves un libro ‘in situ’, no hay lugar para la sorpresa. Pero si el libro aparece en una librería de San Sebastián o de Sevilla o de Madrid y vives en otra ciudad, como es mi caso, hay que fiarse de la descripción que hace el librero que lo vende.

¿Qué le llevó a comprar ‘Ocios entretenidos’, Rafael?
Este libro apareció en el catálogo de una subasta organizada por una sala madrileña y se describía como ‘Manuscrito de Valencia de principios del siglo XIX’. Como era algo muy vago y venía datado en Cáceres, pensé que podría tratarse de la población cacereña de Valencia de Alcántara. Hice algunas consultas telefónicas y me explicaron que el libro hablaba de Valencia y que citaba las fiestas de San Vicente Ferrer. Como ya no cabía equivocación posible y me apasiona todo lo relacionado con mi ciudad, pujé por él, aunque lo cierto es que no esperaba conseguirlo. Sin embargo, me lo adjudicaron. Pasaron las Navidades y el libro no venía, a pesar de que los subastadores me aseguraban que ya lo habían enviado. Por fin, el día que menos lo esperaba, llegó junto con otros paquetes certificados. Comencé a hojearlo y vi que trataba de las fiestas de Valencia y que también hablaba de las Fallas. Una enorme emoción me embargó en aquel momento, porque en seguida me di cuenta de que aquel era un libro especial, importante y novedoso a pesar de su antigüedad. Comprendí que aquello era una predestinación. El destino hizo que ‘Ocios entretenidos’ cayera en mis manos. Examinándolo con más detenimiento, observé que estaba estructurado con un proyecto de guión, porque contenía prólogo, texto e índice y estaba encuadernado.

¿De qué trata la obra?
Trata de las funciones y fiestas que se celebraban en todas las iglesias de Valencia en 1819, una época convulsa, recién terminada la Guerra del Francés, con Fernando VII persiguiendo liberales tras derogar la Constitución de 1812. Tiempo de fusilamientos y ejecuciones en la horca, aunque el autor no entra en temas políticos. En sus páginas también cita los ‘xiulets’, que son una especie de silbato con agua típico de esta zona, los hospitales, los hospicios, las casas de misericordia... El propio autor dice que es obra única, que tratará de las fiestas de la ciudad "ya que se ha compuesto, y sin tener obra alguna delante".

¿Quién escribió ‘Ocios entretenidos’?
Su autor es José Calasanz Biñeque, un hombre que anduvo por Valencia más de novecientos días. No tengo clara su profesión, pero por el detalle con que describe todos los aspectos eclesiásticos pudiera ser un clérigo. Aunque también cabe la posibilidad de que fuese militar o una persona que llegó a Valencia a cumplir alguna misión determinada. Era una persona que se encontraba muy afligida por dos grandes pérdidas, que ignoramos, sufridas en 1819, "¡Año triste y desconsolado!", le llama él. Biñeque se consoló de sus males tomando sus apuntes en Valencia y redactando posteriormente el libro en Cáceres. Lo cierto es que me hubiera gustado conocerle, hablar con él, que nos explicara por qué concibió esta obra. Durante todo el tiempo que me ha llevado escribir el libro, lo he tenido muy presente. He removido Roma con Santiago para obtener más datos sobre su persona, pero al día de hoy lo que he explicado es lo único que sé.

¿Describe la Valencia de 1819?
En cierta manera sí, porque habla de la calle del Mar o de la calle Serranos. Hay una descripción muy bonita de la torre del Miguelete, de la que dice: "Todo viajero debe subir a ella para disfrutar el bello golpe de vista que ofrece y para conocer el mérito de las campiñas que cercan a Valencia". Hay que tener en cuenta que entonces el campanario era el edificio más alto de la ciudad y que ver desde allí todo el paisaje debía de ser un espectáculo.

Una curiosidad, ¿qué dice Biñeque acerca de las Fallas?
Biñeque comenta que es una costumbre muy antigua y que ha preguntado a todos de dónde viene la costumbre de hacer fallas, pero nadie le sabe responder. Gil Manuel, uno de los máximos estudiosos de esta fiesta, opina que tienen un origen teatral, obras satíricas que se representaban por la ciudad dirigidas contra ciertos personales y que después, en una hoguera se quemaba simbólicamente esa sátira. Al principio se les pegaba fuego arrimadas a las paredes pero luego, por el temor a incendios, se trasladaron al centro de las plazas. Biñeque no dice nada de esto, pero lo más importante es que la fiesta tiene por lo menos, en mi opinión, más de doscientos años de existencia. Laborde ya las cita detalladamente, hablando de ‘ninots’ – muñecos – de madera y paja. Y también se sabe que en el siglo XVIII, el gobernador prohibió que se quemaran fogatas en el interior de las casas por el riesgo que conllevaba. Yo creo que su origen debe provenir del culto a algún dios pagano, porque hasta principios del siglo XX se hacían hogueras en la huerta, coincidiendo con el paso del invierno a la primavera.

Y ¿de qué otras fiestas habla?
Cita la procesión del Corpus, a la que asistió personalmente y de la que afirma que "es la principal y la más brillante del mundo, dicen así los valencianos, sin duda es por la gran diversión que tienen este día". Recomienda otras fiestas religiosas y habla de los "porrates", de dos ferias de juguetes ya desaparecidas: la de la plaza de la Virgen y la de la plaza de San Francisco, la más importante de las dos, que duraba desde Navidad hasta Reyes. También nombra la festividad de la Ascensión, que se celebraba alrededor de la catedral y que hoy ha desaparecido.

Conocemos ya al autor de "Ocios entretenidos", pero ¿quién fue el anterior propietario de libro?
En el libro hay un ‘ex libris’ del marqués de la Fuensanta y del Valle. Yo sabía que el marqués había sido académico de la Real Academia de la Historia y un bibliófilo muy importante del siglo XIX. Sin embargo, en el lomo, el encuadernador puso las iniciales de otro propietario, que desconozco. Averigüé que cuando falleció Feliciano Ramírez de Arellano, que era el nombre del marqués, su hijo vendió los diez mil volúmenes de la biblioteca que su padre tenía en Córdoba. El marqués, además, disponía de otra biblioteca en Madrid con otros cinco mil ejemplares. Indagando un poco más, pude saber que en 1911, un librero alemán también vendió libros del marqués. En la Biblioteca Nacional tienen el catálogo de ese librero, del que he solicitado una fotocopia. A lo mejor, me llevo la sorpresa de que está allí este libro ... o de que no está. Lo que parece claro es que a Ramírez de Arellano le interesaban mucho los libros de historias locales. Al ser un manuscrito, ‘Ocios entretenidos’ debe de tratarse de un ejemplar único. Podría ser una copia desde luego, pero no es lo habitual. He buscado el título por catálogos bibliográficos franceses y alemanes sin hallarlo. Estamos ante una obra de verdadera importancia, que hemos recuperado para Valencia donde se gestó.

Rafael, es la primera vez que escribe sobre el siglo XIX, hasta ahora sus estudios se centraban en el siglo XX.
Desde muy joven siempre me encantó el siglo XIX. Poseo otro manuscrito importantísimo de este siglo, el de Pablo Carsi, un peluquero, que apuntaba los usos y costumbres de Valencia en aquella época. El XIX es un siglo con enormes movimientos en todos los terrenos: pensamiento, guerras, cambios políticos, etcétera. Es una época muy convulsa.

¿Le ha resultado difícil publicar la obra?
La verdad es que la publicación del libro, después de cinco meses de intenso trabajo, se la debo al periodista y editor, José Luis Torró, quien con enorme rapidez matrimonió culturalmente con el proyecto que yo llevaba en mente. José Luis ha sido su verdadero impulsor.

¿Y ahora, qué prepara Rafael Solaz?
Bueno, estoy trabajando simultáneamente en tres proyectos distintos, uno de ellos conjuntamente con mi hermano Alfredo. Habrá que esperar un poco para ver en qué queda la cosa.

Y nada más, ni nada menos. Concluyo esta entrevista reproduciendo seguidamente las primeras palabras escritas de su puño y letra por José Calasanz Biñeque en sus ‘Ocios entretenidos’, puestos en circulación por este infatigable hombre de la cultura valenciana que es Rafael Solaz, a través de su último libro ‘Fiestas y costumbres de la ciudad de Valencia’. Una voz del siglo XIX nos habla:

"Ocios entretenidos: en los que se describe el pormenor de las funciones que se celebran anualmente en la Ciudad de Valencia. Las cosas más notables en la Santa Iglesia Catedral, catorce Parroquias y la Castrense, Monasterios, Iglesias, Conventos de Religiosos y Religiosas, Hospitales, Hospicios y Ermitas; y demás advertencias dignas de alguna atención.

[...]

Esta memoria no tiene el mérito o perfección, a la que otra pluma brillante hubiera llegado; tiene a lo menos el de ser la única de esta clase que se ha compuesto, y sin tener obra alguna delante; sólo sí, haber tomado varios apuntes en los novecientos once días, veintitrés horas y media, que permanecí en aquella Capital, los que a la sazón ha tenido a la vista..."