«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 7 de febrero de 2010

Paseo sabatino desde mi sillón orejero.

Esta semana, mi acostumbrado paseo sabatino se desdobla en dos: el sábado y el domingo. Ayer, 6 de febrero, BABELIA, suplemento cultural del diario EL PAÍS, publicó la entrevista, realizada por Rocío Ayuso, a uno de los escritores de novela negra más leídos y de prosa más trepidante: James Ellroy. No les adelanto el contenido. Es mejor que la lean.

Y hoy, 7 de febrero, el propio diario EL PAÍS habla, en un artículo titulado "Dulce y desconocido señor Boletus", escrito por Bárbara Celis, de uno de los escritores, como si de un consagrado prófugo se tratase, más buscados del planeta literario: J.D. Salinger que, como saben, abandonó este mundo, ahora sí que lo abandonó de verdad, hace tan sólo diez días. Les recuerdo que, para los que quieran aproximarse al universo de Salinger, además de leer sus escasos libros publicados, 'El guardian entre el centeno', obviamente,  y sus cuentos, pueden echarle un vistazo a la película 'Descubriendo a Forrester', interpretada por Sean Connery y dirigida por Gus Van Sant que, al parecer, se basa en su existencia (tal vez deba decir inexistencia). Dado que Salinger no gustaba de aparecer mucho por prensa ni otros medios de comunicación, en lugar de un retrato suyo insertaré aquí la carátula de la película de Van Sant. Una forma, como otra cualquiera, de respetar los deseos del raro y, seguramente, huraño Salinger. Bueno, dejémoslo en peculiar, porque en el fondo raros somos todos.

Herme Cerezo