«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

sábado, 1 de diciembre de 2012

Leopoldo Abadía, escritor y economista: “Para rebajar el déficit, solo se puede recortar gastos y subir impuestos"

Directo, asequible, con un lenguaje que entiende cualquiera para explicar aspectos económicos que siempre resultan farragosos de entender. Ese es el retrato acelerado de Leopoldo Abadía, un ingeniero amable y divertido que escribe libros de economía desde su atalaya de jubilado privilegiado. “Si lo hubiera sabido, hubiera empezado a hacerlo mucho antes”, explica mientras la grabadora comienza a desgranar segundos digitales. El ingeniero zaragozano termina de publicar su nueva obra, ‘El economista esperanzado. Manual de urgencia para salir de la crisis’, que ha sido galardonado con el Premio Espasa de Ensayo 2012, concedido por la misma editorial que publica el libro. ¿Cuándo empezará la recuperación económica? ¿Qué nos espera tras la crisis? ¿Sirven para algo las reformas que ponen en marcha los gobiernos? ¿Saldremos del euro? ¿Hay motivos para ser optimistas? Son preguntas a las que este Manual pretende dar respuesta.




SAN QUIRICO Y LA REVOLUCIÓN.
Leopoldo Abadía en sus libros cita un pueblo: San Quirico, un lugar donde ocurre lo mismo que en cualquier otro municipio de España. “Es el nombre imaginario de un pueblo que no se encuentra en el mapa. Lo inventé para meterme con el alcalde y con la caja de ahorros. Como no existen, me puedo meter con ellos. Es mi Macondo particular, mucho menos sofisticado que el de García Márquez?”  Leopoldo Abadía se muestra esperanzado con el futuro de la crisis. “Cuando me preguntan si saldremos de la crisis respondo que sí, pero que para lograrlo hay que hacer varias cosas”. La primera de ellas es perder la ingenuidad. “Tenemos que volvernos mayores, tener criterio propio y no creer todo lo que nos cuente el primer cantamañanas que pase por la calle”. La segunda, una revolución educativa. “Cuando llega un ministro nuevo, se dedica a quitar una asignatura del plan de estudios y reemplazarla por otra. Eso no sirve. Creo que hay que formar personas que es algo muy distinto. A mí me interesa que mis hijos sepan geografía, pero me interesa más que sean personas. A los hijos se les forma en casa, en la familia y con la ayuda de la escuela”. Y la tercera es una revolución financiera. “En España hay 5.800.000 parados. Es la cifra clave. Debemos tener presente que el empleo solo lo generan las empresas y hay que favorecerlas para que actúen. Y para eso hay que revolucionar también el ámbito financiero y conseguir que fluya el crédito. La reforma ha de ser profunda y habrá algún banco que se hundirá mientras dure”. En nuestro país se ha perdido la diferenciación entre lo decente y lo indecente. “Creo que la tentación ha sido muy fácil en algunos casos. Ha habido mucho sinvergüenza y eso nos ha hecho daño, porque la sociedad se desmoraliza al ver cómo triunfan los sinvergüenzas. Tenemos que luchar con uñas y dientes para que la gente sepa lo que está bien y lo que no. Cuando veo que se imparte una asignatura que se llama Ética, me pongo enfermo. Yo la suprimiría porque los profesores han de ser lo suficientemente éticos en su vida particular para que lo transmitan durante sus clases. Hay que ser decente por la mañana, por la tarde y por la noche”.
HACER LOS DEBERES. EL MODELO AUTONÓMICO.
Parece evidente que para revertir esta situación resulta imprescindible que los gobiernos hagan sus deberes. “Rajoy le está pidiendo al BCE que avale nuestros eurobonos para que nos salgan más baratos y eso a Alemania no le gusta. En 2011, en España gastamos más de 91.000 millones de euros y entiendo que la señora Merkel, a la que me gustaría que canonizasen en vida, apriete para que rebajemos esa cantidad. Y nos hemos comprometido a rebajarla hasta los 63.000 millones. Para conseguirlo solo se puede recortar gastos y subir impuestos. Por tanto, tenemos que cumplir y hacer nuestros deberes”.  Además de esto, opina que también habría que echar un vistazo a la estructura autonómica del estado español. “En España tenemos un modelo autonómico que nos fue bien en su momento, porque nos ayudó a transitar de una situación política vieja a otra nueva. Pero treinta y cuatro años después, podría revisarse. En un territorio como el nuestro, menor en 200.000 kilómetros que el del estado de Texas, hay 17 naciones juntas y no caben. Eliminar alguna autonomía es difícil pero, al menos, podríamos ver en qué se han gastado el dinero”.
LOS ESTADOS UNIDOS DE EUROPA Y LA ALDEA GLOBAL.
A pesar de las diferencias entre los distintos países, a Leopoldo Abadía le gustaría que se formasen los Estados Unidos de Europa, un camino que es complicado. “Hace cincuenta años pedimos la adhesión al Mercado Común y al final conseguimos entrar en Europa. Yo tuve un profesor que nos explicaba que esto del Mercado Común era muy largo, pero lo cierto es que vamos a mucha velocidad. Tenemos ya la unión monetaria; la unión bancaria, aunque con dificultades, también avanza; y sobre la unión política, Almunia ya dijo que las recomendaciones de los comisarios no son tales, sino que son obligaciones”. Internet ha cambiado las cosas, las relaciones, ha facilitado los caminos, vivimos en la aldea global. “Lo de la aldea global es muy bonito. Antes tenías que buscarte trabajo en los barrios de tu pueblo. Para eso imprimías currículums y tenías que ir casa por casa pidiendo trabajo. Ahora, cuando llegas a las diez de la noche, enseguida puedes enviar quinientos correos a cualquier lugar. O tenemos la mentalidad de que vivimos en la aldea global o esto no funciona. No me creo que no haya trabajo para un chaval en cualquier lugar del mundo”. Para desenvolverse con esta mentalidad, hay que utilizar una herramienta indispensable: el inglés. “Hay que saber inglés, hablar inglés, pensar en inglés no como yo que, para hablarlo, he de pensar primero  en castellano. Todo lo que sea aprender otro idioma que no sea el inglés, solo sirve para perder el tiempo. La persona que lo haga será bilingüe, pero si no domina el inglés no tiene nada que hacer”. Desde su punto de vista y desde los planteamientos de la aldea global y del bilingüismo catalán, el proyecto soberanista de Artur Mas carece de sentido. “Con ese planteamiento y sin él, es una locura.Cualquier cosa que traten de hacer los gobernantes para “pueblirinizar” a sus gobernados, es una faena para sus ciudadanos”.
LA TRISTEZA DE LA GENTE
La gente está triste, teme el futuro por desconocido, por incierto, ¿no hay visos de mejores augurios? “Yo solo tengo dos asignaturas aprobadas de la carrera de Económicas, soy ingeniero de profesión, y mis opiniones económicas son las que son. Ahora la gente está muy triste porque le han subido los impuestos, le han bajado el sueldo o está en la calle por haber perdido el empleo. Cuando doy una conferencia explico que, si queda algún impuesto que se pueda subir, se subirá porque hay que rebajar el déficit. Creo que es muy fácil explicar lo que está pasando y prever lo que va a ocurrir”. Y mientras tanto. “La familia está ayudando mucho a sobrellevar la crisis. Si una persona regresa a casa sin encontrar empleo, con la moral baja, y le reciben bien, por lo menos sabe que tiene un refugio en el que se siente querido. También ayuda la bendita economía sumergida, entendiendo por ello no la que se refiere a esos tipos que se llevan el dinero a las Islas Caimán, sino la que da trabajo. Con casi seis millones de parados, la economía sumergida claro que ayuda porque algo pasa que no pasa nada”.
Herme Cerezo/SIGLO XXI, 03/12/2012

SOBRE LEOPOLDO ABADÍA
Leopoldo Abadía Pocino nació en Zaragoza hace 78 años. Jubilado. Tiene doce hijos y cuarenta y cinco nietos. Es doctor ingeniero industrial e ITP Harvard Business School. En esta época de crisis, hace unos años decidió sentarse a escribir y explicar a sus lectores los entresijos de la economía, a través de media docena de libros: ‘Como funciona la economía para dummies’, ’36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien’, ‘¿Qué hace una persona como tú en una crisis como esta?’,‘La hora de los sensatos’ y ‘La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual’.