«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 18 de marzo de 2013

Estatuas vivas por la calle

Escribí un relato sobre ellas, publicado en el libro colectivo 'Valencia criminal'. Me refiero a esas personas, anónimas, que, disfrazadas de lo que sea, se ubican en la vía pública, con o sin pedestal, y nos hacen esbozar una sonrisa apresurada a cambio de unas monedas. Mi cuento es viejo porque ya las había visto hacía tiempo en Valencia, durante las Fallas, y en las Ramblas de Barcelona, en cualquier estación del año. Hoy son más frecuentes que nunca. Su disfraz de estatua o de personaje de ficción, que siempre tiene un halo de misterio, de un saber quién será, se ha convertido en una forma más de "sacarse unos euros para comer" y el diario EL PAÍS publica hoy un álbum fotografico sobre algunos de ellos. Si alguien quiere visualizarlo, que clique aquí.

Herme Cerezo