«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

miércoles, 16 de abril de 2014

Pilar Urbano, periodista y escritora: “Si queremos hacer historia de verdad, hay que desclasificar documentación”.

Tras la publicación de su anterior libro, ‘El precio del trono’, Pilar Urbano entrega un nuevo trabajo de investigación periodística, 'La gran desmemoria', editada por Planeta, con el objetivo de desvelar la trastienda de algunos episodios que envuelven nuestro pasado más reciente. Basándose en documentos inéditos hasta ahora y en fuentes orales, la escritora y periodista se interroga sobre la relación existente entre el Rey y Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia, así como hasta qué punto estuvo el monarca al corriente de la denominada Operación Armada, que desembocó el 23-F con el asalto del congreso por parte de un puñado de guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio Tejero Molina.
Pilar Urbano comenzó a trabajar en su libro en el año 2004. Su publicación no ha pasado desapercibida y ha generado una fuerte controversia, hasta el punto de que Adolfo Suárez Illana, hijo del fallecido presidente Adolfo Suárez, solicitó su retirada del mercado. “La petición del hijo de Suárez es propia de los tiempos de Franco cuando secuestraban ‘La Codorniz’. Esta actitud suya ha redundado en un mayor éxito de ventas, que se dispararon desde el principio, y mis editores están contentos por ello. Pero quiero dejar claro que no he escrito el libro para venderlo sino para historiar, para informar. La información es un pilar fundamental de la democracia, no se puede prohibir el derecho del pueblo a saber. Una democracia sin información se convierte en dictadura. Han intentando insonorizar la repercusión del libro a través de los medios afines, pero no pueden evitar que yo acuda a los diarios digitales”. A la pregunta de por qué cree que se ha producido estas reacciones, Urbano responde que “Si el libro se persigue o se persigue al mensajero no es porque haya hecho ficción, sino porque ha contado hechos reales y eso puede molestar a algunas personas que se ven señaladas en el ojo del huracán. Javier Cercas, en su libro ‘Anatomía de un instante’ dijo bastantes cosas muy fuertes, pero como lo hizo en voz baja, y dentro de una novela, ha pasado más desapercibido”.
A Pilar Urbano el 23 de febrero de 1981 le pilló en el Congreso, cubriendo la votación que tenía lugar en el hemiciclo para la investidura del candidato Leopoldo Calvo Sotelo.”Un guardia civil me apuntaba con un cetme. Le pedí que me lo quitara de encima y él me dijo que me tirase al suelo. Le respondí que no me tiraba porque estaba trabajando y en el suelo no podía hacerlo”. La cosa subió de tono. “Voy a empezar a disparar, me avisó. Le contesté que disparara porque yo prefería la libertad a la vida”. Al final la condujeron delante del teniente coronel Antonio Tejero, que le miraba con su pistola astra en la mano y quiso saber qué ocurría. “Le expliqué que era periodista y le pregunté quién estaba al mando. Tejero me respondió que el mando era la Autoridad y que, ya que yo era periodista, que me pusiera a escribir porque allí no ocurría nada. Entonces le dije: casi nada: todos están en el suelo, la guardia civil ha ocupado el Congreso, hay disparos en el techo… Sí, casi nada”.
Para  construir ‘La gran desmemoria’, Pilar Urbano ha utilizado “muchos documentos particulares e inéditos, como el diario de Jaime Carvajal y Urquijo, amigo personal del Rey, además de otros que ya están desclasificados. Los ingleses dicen que para que una información sea fiable hay que manejar, al menos, tres fuentes distintas. En algunos casos yo he llegado a utilizar seis o siete, por eso cuento las cosas con tanto detalle”. Claro que esas informaciones no están grabadas, son  anotaciones producto de charlas privadas. “En estas conversaciones confidenciales tomaba muchas notas y cuando llegaba a casa las volcaba enseguida en el ordenador”. Pero el gran problema para la investigación histórica en este país es que muchos documentos siguen vetados para los investigadores. “Si  queremos hacer historia de verdad, la de hoy y la de mañana, si queremos que el periodista pueda ser testigo del pasado reciente, hay que desclasificar cada diez o quince años como hacen todos los países democráticos. No podemos tener todavía clasificada, como así ocurre, la Guerra de Ifni. La exministra Carme Chacón, antes de abandonar su puesto, preparó más de seiscientos legajos firmados y listos para su desclasificación que todavía no se ha producido”. Tampoco los protagonistas de aquellos hechos han dejado demasiadas huellas escritas. “Martín Villa escribió unas memorias
infumables, ahora quisiera hacer otras pero no puede porque está mal de la vista. Con Landelino Lavilla mantuve bastantes conversaciones, todas muy interesantes, pero tampoco están por escrito y Sabino Fernández Campo se tomó unos cuantos cafés conmigo y me contó muchas cosas. Se ve que con el paso de los años perdió el miedo a hablar. También me reuní con Santiago Carrillo y siempre me explicaba lo mismo, nunca cambiaba, por lo tanto no debía haber mentiras en sus palabras”. El único que publicó algo fue el general Armada. “Armada escribió un libro titulado ‘Al servicio de la monarquía’, que tiene una agenda muy reveladora sobre el 23-F”.
Otro de los aspectos interesantes del libro es la trama civil del golpe. Para Pilar Urbano un buen puñado de diputados y empresarios estaban dispuestos a gobernar bajo la tutela de un general. “La trama civil está investigada en el libro, la he contado por completo. Pero, a nivel judicial, es otra cosa porque el juicio del 23-F fue un simulacro. En el banquillo de los acusados solo estuvo García Carrés, nadie más. Se redujo todo lo posible la implicación de civiles en el golpe. De todos modos no se les castigará nunca porque la causa ya ha prescrito”. Según la periodista y escritora, también hubo gente del mundo de la información implicada. “Ansón, Emilio Romero y otros más estaban presentes en los cenáculos y comidas organizadas por la Agencia Efe. Algunos incluso figuraban como futuros miembros del gobierno. Y eso ya lo denunciamos algunos periodistas en aquella época”.
Pilar Urbano concluye que ‘La gran desmemoria’ es un homenaje a la figura de Adolfo Suárez, el piloto de la Transición. “Esto es como un monumento a Suárez que ha salido así sin pretenderlo yo. Fui poniendo a cada uno las medallas que les correspondían y entonces me di cuenta de que unos se quedaban sin ellas y otros tenían muchas”.

SOBRE PILAR URBANO

Pilar Urbano (Valencia, 1940), periodista, ha creado escuela  con su arte de la entrevista y el columnismo. Sus libros son siempre fenómenos de ventas porque los investiga buscando la verdad y los escribe pensando en el lector. Desde hace años viene demostrando que el historiador más capacitado del reciente ayer es el periodista que rastrea los hechos de hoy. Entre sus títulos publicados destacan ‘Con la venia, yo indagué el 23-F’, ‘El hombre de Villa Tevere’, ‘La reina’, ‘Yo entré en el CESID’, ‘Garzón: el hombre que veía amanecer’, ‘Jefe Atta’, ‘La madre del ajusticiado’, ‘La Reina muy de cerca’ y ‘El precio del trono’.