«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

jueves, 27 de noviembre de 2014

José María Merino, escritor y académico: “Me atrae el cuento por su concentración dramática, es increíble todo lo que se puede decir con pocas palabras”

José María Merino es uno de los principales culpables del actual buen estado de la narrativa breve en España, no sólo por su vertiente de cuentista, sino también como investigador del género del cuento. ‘La trama oculta’, que ahora publica Páginas de Espuma, supone un paseo por las distintas modalidades cuentísticas y miradas creativas del autor. Dividido en tres partes, los cuentos se agrupan en realistas, fantásticos y microcuentos, estos últimos constituyen un brillante y trepidante broche final. ‘La trama oculta’ compila en un solo volumen la estética y las obsesiones de Merino, al tiempo que nos habla de las tramas ocultas que esconden no sólo estos cuentos, sino también nuestras vidas. La suya, incluida.

José María, he leído por ahí que pasas mucho tiempo escribiendo, ¿qué es para ti escribir? 
Escribir para mí es otra vida, es como llevar una doble existencia, lo digo sinceramente. Cuando estoy escribiendo un libro me sumerjo en otra realidad que no es la cotidiana. Tengo tan claro que soy feliz así que, si lo que llevo escrito se desvanece, no me importa, porque me lo he pasado tan bien mientras lo escribía que me compensa de sobra.
A la hora de sentarte a hacerlo, ¿qué te importa más en los relatos: el cómo o el qué?
Creo que no se pueden disociar ambas cosas, independientemente de que al cómo le otorgues un énfasis especial. El qué y el cómo son indispensables, están perfectamente interrelacionados. Aunque no soy nada barroco y mi estilo es partidario de la concisión, el cómo lo hago es importantísimo para explicar lo que cuento. Recuerdo que, cuando era aficionado a la ciencia ficción, los lectores de este género despreciaban a los autores que, además, se preocupaban por su escritura. El ejemplo más claro estaba en Ray Bradbury, del que decían con desprecio que era “un tipo con pretensiones literarias”.
Has escrito de todo: novelas, novelas cortas, poesía, ensayo… pero últimamente te has decantado por los relatos, ¿qué te atrae particularmente de este género?
Quizá me interesa este género porque fui oyente de cuentos cuando era niño y viví un ambiente en el que el cuento funcionaba muy bien en la vida cotidiana, sin olvidar que fui un precoz lector de cuentos. Me atrae por la concentración dramática que contiene, es increíble lo mucho que se puede decir con pocas palabras y, aunque lo alterno con la novela, le sigo siendo fiel.
¿Por qué ese título de ‘La trama oculta’?
He procurado que, debajo de lo que aparentemente se cuenta, exista una historia soterrada, algo que los lectores pueden descubrir por sí mismos o pueden imaginar, es una forma de establecer un juego con ellos. 
¿‘La trama oculta’ es un recorrido por tus recuerdos tamizados por la memoria o es una especie de desnudo literario?
No, la ficción nunca es una crónica. Se compone de memoria, pero no construye una memoria real. Es pura invención. Los cuentos realistas de la primera parte del libro tienen mucho que ver con atmósferas, con personas que conocí y recuerdo, pero en absoluto son una memoria.
¿Te importa más que lo que escribas resulte verosímil o que sea real?
Sin duda busco que sea verosímil. La Literatura, si no es verosímil, no tiene ninguna gracia y, además, la realidad no necesita serlo. Todo ello es independiente del género, novela o cuento, que practiques.
¿De dónde parten los chispazos que alientan tus relatos? ¿Tienes algún territorio propicio para inspirarte?
Depende. Hay sitios impensados de dónde surgen cosas. El cuento salta en cualquier lugar, donde menos lo esperas. En mi primer libro de relatos, ‘Cuentos del reino secreto’, quería rendir un homenaje a todos los paisajes de mi infancia y adolescencia y, de pronto, comenzaron a emitir señales para que escribiera sobre ellos. Y lo mismo me ocurrió en el Barrio del Refugio de Madrid, donde viví un tiempo. Por eso digo que depende.
¿Es una misma persona la que escribe cuentos y otra la que hace novela o ensayo o poesía o todo forma parte de un universo literario propio, el tuyo?
Creo que sí que es la misma, como también creo en eso del doble que decía antes. Por lo visto hay un José María Merino por ahí suelto que está muy interesado en estos asuntos y yo procuro poner todos mis conocimientos de sintaxis, prosodia y ortografía a su servicio para que pueda expresarse. Y también es la misma persona quien lee, porque yo fui lector mucho antes que escritor y ser escritor fue una forma de entrar en mis lecturas.
¿Los cuentos son un género especialmente indicado para la mesilla de noche, lectura más o menos breve, pero diaria, como la pastilla de un tratamiento médico?
Creo que el problema del cuento en España es que no tenemos buenos lectores de cuentos. Parece mentira que comenzáramos a publicar relatos en el siglo XIII, el célebre ‘Calila e Dimna’ y que, sin embargo, en este momento el cuento sea un género inexistente para la inmensa mayoría de lectores. Mucha gente opina que es cosa de niños, pero para mí es un género extraordinario, que te proporciona una intensidad que la novela, por ejemplo, no te ofrece. Borges se atrevía a decir que el día que desaparezca la novela seguirá existiendo el cuento y creo que tenía razón.
En el libro comparas ‘La trama oculta’ con el arca de Noé. Noé creó el arca porque sabía que llegaba el Diluvio, ¿cuál es el diluvio que te ha inducido a escribir estos cuentos? 
En este caso, tal vez el diluvio sea mi mucha edad, mi mucha experiencia. Además ahroa tenemos diluvios por todas partes. Hay gente que dice que un libro es un objeto arcaico [coge el volumen y hace discurrir sus páginas, veloces, entre los dedos] y, sin embargo, a mí me parece modernísimo. Creo que la agricultura y el libro son los dos grandes inventos del género humano. Hay personajes públicos que se preguntan qué pasará con las bibliotecas dentro de treinta años. Si de verdad desaparecen o alguien hace que desaparezcan, no sé qué será de nosotros. ¿Te parece poco diluvio esto?
Dicen que uno tiene tres personalidades: la que ven los demás, la que uno ve de sí mismo y el que es realmente. ¿La división del libro en tres partes guarda alguna relación con esto?
[Risas]. No lo he pensado. El ser humano inventa el lenguaje, el pensamiento simbólico en cierto modo, para descubrir el mundo y protegerse de él. Freud, partiendo desde la literatura, elaboró la teoría del alma, de nuestra psiquis y de nuestros comportamientos. Está claro que todos tenemos no tres personalidades sino varias más, y que también guardamos tramas ocultas, varias incluso.
Escribir un microcuento es difícil. En la vida diaria utilizamos mucho los whatsApps, ¿estos mensajitos breves son el futuro del microcuento?
Desde luego si alguien es capaz de escribir un relato en whatsApp, es para descubrirse, independientemente de que yo opine que el whatsApp está simplificando demasiado nuestra forma de comunicación. En algunos centros escolares me han dicho que a los niños les mandan escribir microrrelatos y yo me pregunto por qué, en lugar de eso, no les hacen leer cuentos de escritores consagrados y que los resuman para ver cómo escribían. Si existe algún autor de cuentos en whatsApp es porque, sin duda, también es capaz de escribir un gran cuento.
Muchos cuentos vienen precedidos de una introducción, cuya voz es la tuya, ¿esos cuentos son autobiográficos?
Esa introducción tiene una justificación exclusivamente práctica. Cuando empecé a pensar en esta arca de Noé, me di cuenta de que eran cuentos muy diversos y me pregunté sobre cómo organizarlos.  Empecé a darle vueltas, establecí la clasificación en realistas y fantásticos, y le añadí la parte de los minicuentos. Pero también tenía claro que había que explicárselo todo al lector para que pasase de un relato a otro sin sobresaltos. Entonces se me ocurrió lo de la entradilla, que sería una voz que introdujera cada relato. Al final resultó que esa voz me vino muy bien, porque me propició ocurrencias para escribir cuentos de la primera parte.
Varios cuentos, especialmente los minicuentos, esconden una sorpresa final o un giro inesperado, esos finales no están demasiado bien vistos ahora, ¿no?
El cuento del siglo XIX llevaba sorpresa final obligatoria; el del siglo XX ofrecía finales abiertos y ahora creo que el cuento puede tener el final que le dé la gana. Sin embargo, el minicuento ha vuelto al final sorpresa. Personalmente, creo que cada cuento requiere un final determinado.
Además de escritor, eres miembro de la Real Academia Española, ¿en qué consiste exactamente tu cometido?
Principalmente, ahora nos preocupamos mucho por el presupuesto. Nos reunimos los jueves y primero trabajamos en comisión. Allí tratamos de repasar palabras del nuevo diccionario. Hacemos sugerencias y el lexicógrafo toma nota de todo. Ésa es la reunión más interesante porque, como digo, en los plenos sólo hablamos de dinero, ya que nuestro presupuesto ha menguado notablemente.
La última por hoy: ¿’La trama oculta’ tiene algo de legado?
Tal vez sí, porque es un libro que me ha llegado a través de la edad y la experiencia y en el que he incluido muchos géneros y elementos muy diversos como el humor, el erotismo, el relato policíaco, el vampirismo…  Todo eso puede convivir en un libro y el cuento ofrece estas posibilidades. De todos modos, si tiene algo de testamento, espero que no lo sea [ Risas].


Herme Cerezo

SOBRE JOSÉ MARÍA MERINO

José María Merino (A Coruña, 1941) se dio a conocer en 1976 con ‘Novela de Andrés Choz’, que obtuvo el Premio Novelas y Cuentos. Su novela ‘La orilla oscura’ fue galardonada con el Premio de la Crítica en 1986. Además, ha recibido el Premio Nacional de Literatura Juvenil (1993), el Premio Miguel Delibes de Narrativa (1996), el Premio NH para libros de relatos editados (2003), el Premio Ramón Gómez de la Serna de Narrativa (2004) y el Premio de Narrativa Gonzalo Torrente Ballester (2006). En el campo del cuento literario ha publicado ‘Historias de otro lugar’ (2010), donde se recogen sus libros de relatos hasta 2004, así como ‘Las Puertas de lo posible’ (2008) y ‘El libro de las horas contadas’ (2011). Su microficción se encuentra recogida en ‘La glorieta de los fugitivos’ (2007), Premio Salambó de Narrativa en castellano, y sus ensayos literarios están reunidos en el libro ‘Ficción continua’ (2004) y ‘Ficción perpetua’ (2014). Juan Jacinto Muñoz Rengel dirigió la edición de ‘La realidad quebradiza’, una antología de los cuentos del escritor coruñés. En 2013 recibió el Premio Nacional de Narrativa por ‘El río del Edén’. José María Merino, además, es miembro de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón de la letra eme.