«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

jueves, 8 de septiembre de 2016

Clara Sánchez: «A través de internet hemos creado una sociedad cobarde»

Seis años después del éxito cosechado con ‘Lo que esconde tu nombre’, Premio Nadal 2010, la escritora Clara Sánchez ha rescatado de su letargo a los protagonistas, Sandra y Julián, de aquella novela para escribir ‘Cuando llega la luz’ (Ediciones Destino), en la que vamos a conocer qué ha sido de ellos tras su contencioso con los nazis refugiados en la población de Dianium, un remedo de la localidad alicantina de Dénia. Sus vidas han cambiado bastante y Sandra, ahora, es madre de un niño pequeño llamado Janín, mientras que Julián, el cazanazis octogenario, ha ingresado en una residencia de ancianos para no ser descubierto, aunque él ignora que las nuevas camadas ultraderechistas andan tras su pista. Mientras que ‘Lo que esconde tu nombre’ se ocupaba de la aberración moral del nazismo, la nueva entrega ofrece otros elementos propios del thriller, como el sufrimiento de los personajes y sus dualidades.

«Yo no hubiera escrito nunca este libro si no hubiera tenido una relación personal con él. Mis novelas me salen de dentro y son producto de una preocupación o de algo que me ha sucedido», explica Clara Sánchez quien, tras residir durante su niñez en Valencia, vivió en Dénia siete años. «Cuando llegué a Dénia tenía más o menos la misma edad que Sandra en la novela. Yo vivía en el Caminal del Trampolí y a un lado, había un restaurante, en cuya barbacoa ondeaba una cruz gamada, y al otro los apartamentos de Gerhard Bremer, un jerarca nazi al que veíamos por la calle. Tenía fama de bonachón e incluso había contratado trabajadores del pueblo para su servicio». Aquella visión constituyó una fuerte impresión para la escritora de Guadalajara. «Fue como un shock, porque yo vivía muy alejada de estos temas y, de repente, estaba allí, ante mis ojos. Fue un encuentro brutal con la Historia».

Tanto le impresionó que ahora ha escrito de nuevo sobre este mismo tema. «Lo que quiero dejar claro es que ‘Cuando llega la luz’ no es una continuación de ‘Lo que esconde tu nombre’, sino su consecuencia. Entonces, Sandra estaba embarazada y ahora es madre de un niño y Julián ha ingresado en una residencia para la tercera edad porque allí vivió su amigo Salva y piensa que puede descubrir más cosas».

Tras el tiempo transcurrido, el escenario ha variado también. Los jerarcas nazis son ya muy viejos y los que no han muerto viven, como Julián, en una residencia de ancianos. Pero ya hay una nueva generación que viene a sustituirles. «En esta novela aparecen unos neonazis bien organizados, que ya pululaban en la anterior. Es como si el mundo actual me diera la razón, porque ahora mismo los grupos de extrema derecha se están haciendo fuertes en varios países de Europa». El siguiente interrogante surge solo: ¿qué papel juegan los viejos nazis en este relato? «Ellos fueron muy peligrosos porque servían de cobertura, referencia ideológica y liderazgo a la nueva generación, sin olvidar las barbaridades que cometieron en su momento. Por eso en ‘Cuando llega la luz’ los viejos están al fondo del escenario y, en primer plano, nos encontramos a los jóvenes que heredarán el poder cuando sus predecesores mueran».

Los nazis, en contra de lo que pueda pensar o suponer el imaginario colectivo, tienen una apariencia completamente normal, casi bondadosa. «Eso es algo que vengo contando en mis novelas desde hace tiempo: los monstruos se esconden tras caras agradables. Nos pasamos la vida tratando de descubrirnos los unos a los otros, pero ha llegado un momento en que no nos miramos a los ojos y solo nos dedicamos a las pantallas. No prestamos atención a lo que nos rodea y los monstruos aprovechan esa circunstancia para escabullirse. Vivimos el tiempo de la no atención. A través de Internet hemos creado una sociedad cobarde, en la que a la gente se la despide de su trabajo a través de un correo o en la que las relaciones personales se rompen mediante un «whatsApp». Tal vez, la literatura lo que hace es impedir que muera esa forma de observar los gestos humanos, de mirarnos cara a cara».

En ‘Cuando llega la luz’, a Clara Sánchez el nazismo le sirve de pretexto para tratar otros contenidos. «A mí toda esta peripecia me permite hablar de otras cosas, como la manipulación, la venganza y la traición. En realidad, el germen de la novela se halla en la traición de un jerarca nazi, algo completamente real y constatado». También se desliza a través del estrecho linde que separa la justicia de la venganza y conduce a que, en situaciones límite, una persona pase de ser víctima a verdugo. «No somos radicalmente buenos, nadie lo es. Todo depende de las circunstancias y del contexto en que nos encontremos. También hay amor en la novela, amor en todas sus facetas, pero todo ello lo viven los personajes rodeados de peligro, inmersos en escenarios extremos, lo que les obliga a sentirlo todo de un modo mucho más intenso». Claro que algún personaje no lo percibe de ese modo. «Eso le sucede a Santi, el padre del hijo de Sandra, que no se entera de nada, porque a nadie se le ocurre contarle las entrañas de lo que está sucediendo. En este sentido mientras escribía me recordaba al Cary Grant de ‘Con la muerte en los talones’». Durante la escritura, Clara Sánchez, además, ha descubierto una nueva criatura, Lucy, «que irrumpe en la novela con mucha fuerza y desempeña un papel importante en el desenlace. Es una mezcla de candor y sabiduría que te reconcilia con las personas, porque nos hace apreciar las cosas de primera mano. Ella ha pasado ya a formar parte de mi colección de personajes favoritos». 

El protagonista masculino, como hemos dicho, es Julián, un personaje de thriller bastante atípico, porque es mayor y sufre achaques cardiacos, lo que le convierte en un tipo poco apto para aventuras trepidantes. «Muchas características de Julián proceden de mi padre, que le ha prestado su corazón enfermo. Mi padre padecía problemas cardíacos y tomaba muchas pastillas, las mismas que Julián. Pero también le he transmitido una cualidad muy importante como es la de sentirse joven siempre, porque a él no le gustaba ir de viejo, ni que lo tratasen como tal. No soportaba dar pena a nadie, lo odiaba. Como él, Julián tiene una gran capacidad para sobreponerse a todas las pegas que conlleva la vejez». La protagonista femenina, Sandra, alberga aspectos de la propia Clara Sánchez. «En la novela, Sandra estaba embarazada, como yo lo estuve también en los años que pasé en Dénia. Pero de este detalle me di cuenta después de escribir el libro y ahora entiendo que la novela procede de una serie de circunstancias que yo viví».

Escrita en primera persona, con alternancia de los dos personajes principales, desde el punto de vista del creador, del escritor, recuperar la misma voz y el mismo tono narrativo de la anterior entrega tiene su aquel. «Bueno, eso es algo que vengo arrastrando ya de otras novelas mías, como ‘Presentimiento’. Escribo en primera persona porque me permite muchas cosas, entre ellas crear suspense. Todo lo que ocurre lo cuentan ellos mismos y como son dos, que están dentro del mismo conflicto, los detalles de uno pasan al otro. Así se completa la sensación de realidad para el lector. Hubiera sido más fácil utilizar una tercera persona, que narra de cualquier forma, pero me gusta mucho más la opción que he escogido».

Clara Sánchez es una escritora de indudable éxito, ganadora de importantes premios literarios (Alfaguara, Nadal o Planeta). Sin embargo, no siente el peso de la responsabilidad ante el lector cada vez que publica una nueva novela. «No, lo fundamental para mí ha sido siempre el reto conmigo misma. Yo me marco mis exigencias, que consisten en ser cada vez más natural y más feliz con lo que hago. No escribo por escribir. Necesito que cada mañana me apetezca sentarme e introducirme de lleno en mi trabajo. De hecho, tras el éxito de ‘Lo que esconde tu nombre’, podría haber sacado esta novela enseguida. Pero entonces no me apetecía escribirla y por eso han transcurrido seis años. Estoy convencida de que si lo que escribo me gusta, será más fácil que guste también a los lectores». Es decir, que de miedo al papel en blanco, nada de nada. Sus temores llegan por otra esquina. «Soy escritora desde niña y sé que si te publican de modo discreto y vendes poco, desapareces. Eso me daba mucho miedo, desde luego mucho más que publicar ahora una nueva novela. Por supuesto, siento preocupación mientras estoy escribiendo, pero no es como al principio, cuando pensaba que un fracaso me podía apartar de mi camino».

Herme Cerezo

SOBRE CLARA SÁNCHEZ

Clara Sánchez (Guadalajara, 1 de marzo de 1955) pasó su infancia en Valencia y acabó estableciéndose en Madrid. Tras desempeñar otros trabajos, enseñó en la universidad y participó en distintos medios de comunicación. En 1989 publicó la novela ‘Piedras preciosas’, a la que siguieron, entre otras, ‘Últimas noticias del paraíso‘(Premio Alfaguara de Novela 2000), ‘Presentimientos’ (2008), ‘Lo que esconde tu nombre‘(Premio Nadal 2010) o ‘El cielo ha vuelto’ (Premio Planeta, 2013). Su obra, traducida a más de veinte idiomas, la ha convertido en una de las autoras españolas más reconocidas.
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